Te sugerimos para estas vacaciones la saga de "El señor de los anillos", cuyo autor es John Ronald Reuel Tolkien. Te mostramos algunas imágenes de las adaptaciones al cine que se hicieron de la obra.
Los integrantes de "La comunidad del anillo"
Sam, Frodo y Gollum
Frodo y Gandalf, dos de los personajes de la saga en la película "El señor de los anillos"
Para comenzar y para ir conociendo esta historia, te recomendamos: 1) El audiolibro : esta es una lista muy completa que comienza con un resumen de la historia, luego tenés una introducción y a continuación los capítulos de la primera parte que se llama: "La comunidad del anillo"). IR AL AUDIOLIBRO
2) En la Tolkienpedia podés encontrar más información sobre su historia, personajes y otros datos relacionados con la obra de Tolkien. IR A LA TOLKIENPEDIA Es una historia con muchos personajes, te recomendamos ir escuchándola de a poco para ir conociendo las características de cada uno de ellos e ir adentrándote en esta apasionante saga.
¡Que lo disfrutes! ¡Y no te olvides de dejarnos tus comentarios en el blog!
Continuamos con la historia de "Jack y las habichuelas mágicas", que habíamos comenzado hace unos días y que hoy finalizaremos.
Recordamos que hay muchas versiones de "Jack..." por haber sido una historia transmitida de boca en boca durante mucho tiempo.
Te invitamos a escuchar el final de este relato y si quieres también, tienes el texto para seguir su lectura con la mirada y también puedes practicar leyendo por tu cuenta.
“Jack y las habichuelas mágicas”
(segunda parte)
En la puerta volvió a encontrar a la mujer. Jack le preguntó si el ogro estaba allí. La mujer respondió: −Márchate, muchacho, mi esposo está por llegar. Jack preguntó si podía darle antes algo para comer. La ogra le sirvió pan y un tazón de leche. Mientras Jack comía, sintió que el piso temblaba y se escondió en el horno. Cuando llegó, el ogro se sentó a devorar su comida. Pero olió el aire y exclamó: −Creo que huelo a niño. ¿No tendrás uno bien tierno para comerlo? La mujer le explicó: −Hueles al niño que comiste anoche pues no he podido limpiar el horno. Después, el ogro se echó a dormir. Jack fue en puntas de pie hasta la sala de los tesoros. Atrapó al ganso y corrió hacia la planta de habichuelas. Bajó rama por rama como si fuesen los peldaños de una escalera. En la casa lo esperaba su madre. −¡Qué ganso maravilloso! -exclamó al saber que el animal ponía huevos de oro. Desde ese momento, Jack y su madre vivieron sin preocupaciones. Pero el muchacho quería volver al castillo para llevarse el arpa mágica. De modo que un día se levantó temprano y subió por la planta de habichuelas rama por rama como si fuesen los peldaños de una escalera. En el castillo, encontró a la mujer que lo miraba sorprendida. Jack preguntó si el ogro estaba allí y ella respondió: −Mejor que te marches, muchacho. Él está por llegar. Jack, como siempre, le pidió algo para comer. La mujer le ofreció pan y un tazón de leche. Jack saboreaba la comida cuando sintió que el piso temblaba y se escondió en el horno por tercera vez. El ogro llegó y se sentó a devorar su comida. Pero olió el aire y exclamó: −Creo que huelo a niño. ¿No tendrás uno bien tierno para comerlo? La mujer le explicó: −Hueles al niño que comiste anoche pues no he podido limpiar el horno. Después de comer, el hombre trajo su arpa, la puso junto a su cama y le ordenó: −¡Canta! El arpa mágica hizo sonar sus cuerdas y el ogro se durmió con el sonido de la música. Jack salió del horno y en puntas de pie se acercó. Tomó el arpa sin hacer ruido y salió del castillo. Pero el arpa comenzó a gritar: −¡Despiértate, ogro! ¡Ogro, me roban! El ogro se puso de pie pero estaba tan adormecido que no entendía bien qué ocurría. Jack empezó a bajar por el tronco, rama por rama como si fuesen los peldaños de una escalera. De pronto, la planta de habichuelas se sacudió terriblemente. El ogro bajaba también. Desde una rama, Jack gritó: −¡Madre, prepárame el hacha! Apenas tocó con sus pies el piso, se puso a hachar el tronco por el que el ogro se acercaba. Jack golpeaba cada vez con más fuerza. Por fin, el tallo se partió en dos y la planta mágica se inclinó hacia la tierra. El ogro cayó con gran estruendo y su cuerpo se hundió en un pozo sin fondo en medio del jardín. Jack no tuvo más noticias de él. Desde entonces, el muchacho se divierte con el arpa y él y su madre obtienen con los huevos de oro lo necesario para vivir.
Los yámanas, también llamados yaganes, son un pueblo originario del archipiélago fueguino en el extremo sur de América, en territorios que ahora corresponden a Chile y Argentina.
En las siguientes imágenes podemos observar algunas características de este pueblo milenario, como su forma de vida, costumbres y vestimenta.
La canoa yámana medía entre 4 y 5 metros y podía albergar a toda una familia
La caza era una de las principales actividades de los yámanas
Las familias yámanas, a bordo de sus canoas
La caza a bordo de la canoa, donde no faltaba el fuego para mantener el calor
Familia yámana a bordo de una canoa
Familia yámana
Tres jóvenes mujeres yámanas y un bebé, Archipiélago Fueguino, Cabo de Hornos,1883
“Los indios de Tierra del Fuego: los yámanas”. Martín Gusinde. Fotografía de 1922
Te invitamos a ver el siguiente video en donde podremos conocer un poco más del pueblo yámana, por ejemplo cómo surge su otra denominación “yagan”, cuáles eran sus creencias y qué función cumplía cada uno de los miembros de la familia.
En el siguiente video veremos la importancia de la canoa para un pueblo nómade como los yámanas, ya que con ella no solo podían trasladarse de un lugar a otro de las islas, sino también cazar animales como ballenas y conseguir así su alimento para sobrevivir en estos lugares tan difíciles para la vida del Hombre.
Y para terminar con este recorrido por la cultura del pueblo yámana, el testimonio de Cristina Calderón, descendiente de yámanas, que aprendió la lengua de sus padres y abuelos y trata de mantener y transmitir esa sabiduría a sus hijos y nietos. Aquí la conoceremos un poco más..
Esperamos que te haya gustado este recorrido que realizamos para conocer más de este pueblo que habitó mucho antes el territorio americano y que aún hoy se esfuerza, a través de sus descendientes, por mantener viva la historia y la cultura yámana.
Querida familia de la Escuela 21: Queremos compartir con ustedes el informe valorativo correspondiente a la Biblioteca Escolar, según lo establecido por la resolución 1577/2020. Además, en el Blog de la Escuela, podrán encontrar el informe completo que incluye lo expresado por la Supervisión Escolar del Distrito 14 y el correspondiente a la Conducción de nuestro establecimiento. Queremos agradecer desde la Biblioteca a toda la Comunidad de nuestra querida Escuela 21, por el acompañamiento y el compromiso manifestado en este tiempo que nos toca transitar. Mientras tanto, seguiremos bregando por una educación de calidad y con igualdad de posibilidades para todos los alumnos y alumnas de nuestra escuela. ¡Muchas gracias! Alicia Miranda Bibliotecaria
Los invitamos a escuchar y/o leer este cuento llamado "Jack y las habichuelas mágicas", un relato clásico de origen inglés muy antiguo, que al principio se transmitía de manera oral hasta que alguien lo escuchó y decidió escribirlo. De esa manera ha llegado esta historia hasta nuestros días en diferentes versiones. Hoy vamos a escuchar la primera parte de una de las distintas versiones existentes. Podés escuchar solamente o escuchar y seguir la lectura con la mirada o leer por tu cuenta también.
“Jack y las habichuelas mágicas”
(primera parte)
Había una vez un muchacho que vivía con su madre viuda en una casa humilde.
Solo tenían una vaca que daba leche. Cada mañana, la viuda la vendía en el pueblo. Un día la madre enfermó y no pudo salir a ganar sus monedas. Ella y Jack, su hijo, no tenían de qué alimentarse y decidieron vender la vaca.
La mujer envió al muchacho al pueblo. Unas horas después se sorprendió al verlo regresar sin la vaca y creyó que la había vendido.
Pero Jack le contó que había cambiado la vaca por unas semillas de habichuelas mágicas. La viuda se enojó mucho: −¡Cómo has hecho eso! –gritó mientras arrojaba las semillas por la ventana.
Jack se refugió en su cama. Al rato se quedó dormido y soñó que las habichuelas crecían hasta más arriba del tejado. Por la mañana, se asomó y vio que su sueño era realidad. La planta se perdía entre las nubes.
Jack salió y trepó por el tronco rama por rama como si fueran los peldaños de una escalera.
Ascendió y ascendió hasta que vio un castillo. Se acercó y encontró a una mujer altísima que lo miraba sorprendida. Jack preguntó: −¿A quién pertenece este castillo? La mujer le dijo: −Pertenece a mi esposo, un ogro malvado que devora niños.
Debes marcharte, muchacho.
Jack tenía hambre y le pidió algo para comer antes de irse. Ella le ofreció pan y un tazón de leche.
Mientras comía, el niño sintió que el piso temblaba. Tuvo miedo, pero la mujer lo escondió en el horno. −¡Quédate aquí! –le dijo. Entonces llegó el ogro y se sentó a devorar la comida. Pero olió el aire y exclamó-Creo que huelo a niño ¿No tendrás uno bien tierno para comerlo?
La mujer le explicó: −Hueles al niño que comiste anoche pues no he podido limpiar el horno.
El ogro terminó su cena y se echó a dormir. Jack salió en puntas de pie. Antes de llegar a la puerta, vio en la sala del castillo bolsas con monedas, un ganso que ponía huevos de oro y un arpa mágica.
Tomó la bolsa con monedas para llevárselas a su madre; esperaba que lo perdonara por no haber vendido la vaca. Salió luego y comenzó a bajar por la planta rama por rama como si fueran los peldaños de una escalera. Cuando llegó a su casa, la madre lo esperaba preocupada. Jack le contó lo que había descubierto y le entregó la bolsa. Las monedas de oro les alcanzaron para vivir durante un tiempo. Pero un día se acabaron y Jack planeó una nueva visita al castillo del ogro. Esta vez decidió apoderarse del ganso de los huevos de oro.
Subió rama por rama como si fuesen los peldaños de una escalera hasta que llegó al castillo.